Hoy he visto una marquesina en una parada de autobús que dice (traduzco): "¿Sabías que subiendo escaleras haces salud?" Se trata de un ejemplo más, entre incontables otros, del uso que las administraciones (en este caso, una autonómica) hacen del dinero que "no es de nadie". Y claro, si lo cuestionas, eres un desalmado al que le importa un pimiento la salud de los demás.
Pues sí, debo ser un desalmado, porque tirar el dinero de esta manera me parece un puro y simple escarnio. Con crisis o sin ella, pero en la presente situación aún más, si cabe. El problema, como siempre digo, es la gente que dirá: "pues a mí me parece bien, porque el ejercicio es muy saludable". No queda pedagogía que hacer ni nada...
viernes, 5 de febrero de 2010
domingo, 22 de marzo de 2009
Ocho (8) millones para el lince
La inefable ministra de Fomento (será fomento del humor, claro) ha presumido de que su tinglado destinará "ocho millones, ocho" de euros, o sea, más de 1.300 millones de pesetas (escuchado ayer y hoy en la radio) a proteger el lince ibérico.
Si yo fuera un lince, desde luego estaría preocupado, porque todo aquello que protegen los socialistas, nunca más vuelve a levantar cabeza. Pero como soy un contribuyente, lo que estoy es cabreado. Estoy harto de estos sinvergüenzas ladrones que, encima de despilfarrar el dinero que ganamos todos con el sudor de la frente, presumen de hacerlo. Y por supuesto, habrá que decirlo una vez más, el problema no es que estemos en crisis: esto es sólo un mero agravante; destinar dinero público al lince ibérico o a la tortuga Blasa es una inmoralidad, con vacas gordas o con vacas flacas. Y todo lo que no sea admitir eso es complicidad con el robo. Si además a ello unimos el escarnio a la Iglesia, por la coincidencia con su acertada campaña contra el aborto, la indecencia de este gobierno alcanza cotas inigualadas.
Si yo fuera un lince, desde luego estaría preocupado, porque todo aquello que protegen los socialistas, nunca más vuelve a levantar cabeza. Pero como soy un contribuyente, lo que estoy es cabreado. Estoy harto de estos sinvergüenzas ladrones que, encima de despilfarrar el dinero que ganamos todos con el sudor de la frente, presumen de hacerlo. Y por supuesto, habrá que decirlo una vez más, el problema no es que estemos en crisis: esto es sólo un mero agravante; destinar dinero público al lince ibérico o a la tortuga Blasa es una inmoralidad, con vacas gordas o con vacas flacas. Y todo lo que no sea admitir eso es complicidad con el robo. Si además a ello unimos el escarnio a la Iglesia, por la coincidencia con su acertada campaña contra el aborto, la indecencia de este gobierno alcanza cotas inigualadas.
viernes, 13 de marzo de 2009
Subvencionando la mala folla
El cine español obtiene de nuestros impuestos más de 14.000 millones de pesetas (85 millones de euros), cantidad que supera a lo recaudado en taquilla. Aunque no queramos verlo, lo tenemos que pagar. Aquí la cuestión no es que las películas españolas sean (salvo raras excepciones) bodrios infumables y cargados de ideología -que lo son- pues moralmente, aunque se tratara de obras maestras incomprendidas por el gran público, me parecería injustificable que recibieran ninguna subvención. ¿Quién decide qué productos culturales deben ser financiados por el contribuyente y cuáles no? Es falso que sin ayuda pública determinados bienes del espíritu no podrían existir. No creo que mucha gente lea los Diálogos de Platón, y sin embargo no por ello deja de haber editoriales privadas que se las ingenian para continuar editándolos, 2.400 años después.
En el siglo XIX Herbert Spencer ya criticó que con dinero público se crearan bibliotecas. Esto escandalizará a muchos, pero a juzgar por el crecimiento del Estado desde entonces, no me cabe la menor duda de que tenía toda la razón del mundo. Es una evolución fatal: Se empieza subvencionando al editor de Platón y se acaba tirando el dinero en películas que sólo enseñan mala folla.
En el siglo XIX Herbert Spencer ya criticó que con dinero público se crearan bibliotecas. Esto escandalizará a muchos, pero a juzgar por el crecimiento del Estado desde entonces, no me cabe la menor duda de que tenía toda la razón del mundo. Es una evolución fatal: Se empieza subvencionando al editor de Platón y se acaba tirando el dinero en películas que sólo enseñan mala folla.
viernes, 30 de enero de 2009
Un billón de pesetas
6.000 millones de euros. Es el incremento salarial de los funcionarios de todas las administraciones de España. (El Mundo de hoy.)
Así combate la crisis JLRZ.
Así combate la crisis JLRZ.
viernes, 2 de enero de 2009
El arte del robo
En la calle Gasòmetre de Tarragona, en una pared contigua a la biblioteca pública, hay un plafón destinado a exponer temporalmente trabajos supuestamente artísticos. El que he visto esta mañana no me ha parecido estéticamente ni más ni menos atroz que otros anteriores, a decir verdad. Se trata de una composición basada, por lo que se ve, en un recorte de prensa asiática, donde se reconoce al dictador Fidel Castro abrazándose con algún colega seguramente igual de poco recomendable, que no estoy seguro de identificar. Tampoco sé, ni me importa demasiado, qué es lo que pretende decirnos el autor de esta gansada. Lo que sí sé es que si en lugar de Castro hubiera pintado a George Bush en el mismo estilo neutral, sin un tratamiento que dejara a las claras su rechazo, estoy convencido de que alguno de los grupos políticos del Ayuntamiento habría expresado una protesta formal, y la obra habría sido saboteada al poco tiempo de ser expuesta. Ah, pero como se trata de Castro, no faltará el farsante que ensalzará "esta propuesta que nos hace reflexionar sobre el papel icónico de los medios de comunicación en el contexto del paisaje urbano". (Me lo he inventado pero ¿da el pego o no?)
Naturalmente, estoy a favor de que los artistas hagan lo que les dé la gana. Pero que se lo paguen de su bolsillo. Y si hay alguien dispuesto a comprar estas mamarrachadas, allá él. Le reprocharé su escaso gusto, pero no su moral. Desgraciadamente, los dirigentes políticos de hoy carecen de ambas cosas.
Naturalmente, estoy a favor de que los artistas hagan lo que les dé la gana. Pero que se lo paguen de su bolsillo. Y si hay alguien dispuesto a comprar estas mamarrachadas, allá él. Le reprocharé su escaso gusto, pero no su moral. Desgraciadamente, los dirigentes políticos de hoy carecen de ambas cosas.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Lo peor es cuando lo explican
Unió de Pagesos recibe 45.000 euros de la Diputación de Tarragona. De entrada, ya sin conocer los detalles, lo veo mal. Que una asociación que dice representar al sector económico más subvencionado de Europa reciba ayudas suplementarias de nuestro bolsillo, lo siento, pero me parece una desfachatez. Quizás con ello la Diputación confía evitarse que con motivo de la próxima protesta, nuestros simpáticos payeses le arrojen huevos contra la fechada, o le organicen frente a la puerta cualquier otra perfomance más o menos gamberra. Pero ese es el problema de alimentar durante años a estos señoritos de tractor y Audi.
Lo peor, con todo, me parece la manera de justificar la ayuda. Resulta que es para hacer un estudio sobre "el desarrollo rural en el Camp de Tarragona", que se enmarca dentro de la política de contribuir al "desarrollo equilibrado del territorio" y dar "soporte a los agentes sociales".
Lo de dar soporte está claro. Con 45.000 euros más en su cuenta, no cabe duda de que Unió de Pagesos se va a sentir algo más soportada. Otra cosa es cuánto tiempo tendremos que soportar los ciudadan0s sus periódicos cortes de carreteras a cargo del presupuesto que soportamos entre todos.
En cuanto a lo del equilibrio, confieso que nunca he entendido qué significa. El sector económico principal de Tarragona, al igual que en el resto de Cataluña y de España, es con diferencia el de los servicios, seguido del industrial, y por último del agrícola, pesquero y ganadero, conocido como sector primario. ¿Por qué razón deberíamos favorecer que el porcentaje de este último sector creciera más? ¿En qué beneficiaria ello a la riqueza general? Y si no se trata de esto, ¿a qué se refiere? Les diré mi opinión: El "equilibrio" es la típica vacuidad retórica que no significa apenas nada ni compromete a nada, pero permite rellenar los discursos que adornan el dispendio público.
Hay que reconocer, eso sí, que el estudio sobre el desarrollo rural suena algo más concreto. Es más, yo me atrevería a adelantar una de sus conclusiones: Dirá que el "campo" está abandonado de la mano de Dios (quiero decir, la Administración) y que necesita más "ayudas". Como si lo viera.
Lo peor, con todo, me parece la manera de justificar la ayuda. Resulta que es para hacer un estudio sobre "el desarrollo rural en el Camp de Tarragona", que se enmarca dentro de la política de contribuir al "desarrollo equilibrado del territorio" y dar "soporte a los agentes sociales".
Lo de dar soporte está claro. Con 45.000 euros más en su cuenta, no cabe duda de que Unió de Pagesos se va a sentir algo más soportada. Otra cosa es cuánto tiempo tendremos que soportar los ciudadan0s sus periódicos cortes de carreteras a cargo del presupuesto que soportamos entre todos.
En cuanto a lo del equilibrio, confieso que nunca he entendido qué significa. El sector económico principal de Tarragona, al igual que en el resto de Cataluña y de España, es con diferencia el de los servicios, seguido del industrial, y por último del agrícola, pesquero y ganadero, conocido como sector primario. ¿Por qué razón deberíamos favorecer que el porcentaje de este último sector creciera más? ¿En qué beneficiaria ello a la riqueza general? Y si no se trata de esto, ¿a qué se refiere? Les diré mi opinión: El "equilibrio" es la típica vacuidad retórica que no significa apenas nada ni compromete a nada, pero permite rellenar los discursos que adornan el dispendio público.
Hay que reconocer, eso sí, que el estudio sobre el desarrollo rural suena algo más concreto. Es más, yo me atrevería a adelantar una de sus conclusiones: Dirá que el "campo" está abandonado de la mano de Dios (quiero decir, la Administración) y que necesita más "ayudas". Como si lo viera.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Fomento de la lectura
La Generalitat de Cataluña regalará a todo joven que cumpla 18 años, y que lo solicite, una suscripción a un diario o revista a elegir entre 65 publicaciones "validadas" por una comisión. (No sé por qué, pero tengo la sensación de que las publicaciones críticas con el Tripartito no serán "validadas".) La medida de fomento de la lectura cuenta con un presupuesto de partida de 3.000.000 de euros (500 millones de pesetas). De momento, las solicitudes sobrepasan las 13.000, según InfoCatalunya, un boletín mensual de autobombo que distribuye Montilla entre todos los hogares. (Otro despilfarro desvergonzado, por cierto.)
Una clase muy extendida de gente pensará que le parece muy bien fomentar los hábitos lectores entre los jóvenes. Pues a mí no. Yo creo que lo que realmente favorecería la lectura es levantar las restricciones a la libertad de precio de los libros, que so pretexto de proteger a los libreros, impiden su abaratamiento. Pero lo que resulta un insulto a la inteligencia es pretender que después de haberse encargado de la educación de gran parte de esos jóvenes, desde los tres a los dieciocho años, a través del sistema público de enseñanza, el gobierno nos venga con el cuento de que hay que regalarles una suscripción al Avui para que se aficionen a leer. O sea, reconocen que la educación pública es un fracaso apoteósico, y por ello deciden un gasto arbitrario más, consistente en una subvención descarada a medios de comunicación dóciles con el nacional-progresismo.
Si a los 18 años te tienen que regalar una suscripción a un periódico para que te aficiones a leer, significa que tu nivel cultural y tu espíritu crítico es el de un niño de diez años. O sea, lo adecuado para votar al Tripartito.
Una clase muy extendida de gente pensará que le parece muy bien fomentar los hábitos lectores entre los jóvenes. Pues a mí no. Yo creo que lo que realmente favorecería la lectura es levantar las restricciones a la libertad de precio de los libros, que so pretexto de proteger a los libreros, impiden su abaratamiento. Pero lo que resulta un insulto a la inteligencia es pretender que después de haberse encargado de la educación de gran parte de esos jóvenes, desde los tres a los dieciocho años, a través del sistema público de enseñanza, el gobierno nos venga con el cuento de que hay que regalarles una suscripción al Avui para que se aficionen a leer. O sea, reconocen que la educación pública es un fracaso apoteósico, y por ello deciden un gasto arbitrario más, consistente en una subvención descarada a medios de comunicación dóciles con el nacional-progresismo.
Si a los 18 años te tienen que regalar una suscripción a un periódico para que te aficiones a leer, significa que tu nivel cultural y tu espíritu crítico es el de un niño de diez años. O sea, lo adecuado para votar al Tripartito.
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