40 millones de euros, o sea, más de 6.655 millones de pesetas, es lo que costará, según publica ABC, conferir la nacionalidad a entre 500.000 y un millón de hijos y nietos de exiliados durante la guerra y la posguerra (la mayoría residentes en Hispanoamérica) tal como pretende el gobierno.
Se trata de una clara inversión electoralista porque, evidentemente, lo que espera Zapatero es que en el futuro inmediato todos estos españoles creados ex novo sean votantes suyos agradecidos, máxime cuando por tradición familiar es probable que simpaticen con ideas de izquierda. Debe tenerse en cuenta que por su lejanía de la madre patria, su conocimiento de lo que realmente ocurrió aquí en la década de los treinta estará mediatizado por los relatos de padres o abuelos, la mayoría pertenecientes al bando del frente popular.
En suma, se trata de un caso más de utilización del dinero público de todos los españoles para beneficiar a un partido político.